Es el caso de A. Martínez, una señora de 86 años del barrio de San Ignacio, en Bilbao, a la que se le estropeó el televisor a las 12.00 de la noche. «El cable empezó a chispear y me asusté mucho. Llamé a un reparador que desenchufó el televisor, hizo un empalme y me cobró 180 euros; sin factura ni nada», contó a este periódico. Esta mujer se encuentra ahora con que no tiene nada que reclamar.
«La gente no sabe que las tarifas son libres y estos trabajadores utilizan la táctica de decirle al cliente que se ahorra el IVA si no le hace el recibo», explican en la Oficina de Consumo del Gobierno vasco, donde añaden que «no hay nada que se pueda reclamar; tan mal está que no te hagan la factura como que tú no la exijas».
Sin recibo, no se paga
La Organización de Consumidores y Usuarios (94 415 00 50) recomienda que ante una urgencia de estas características lo primero que hay que hacer es sopesar si no merece la pena esperar al día siguiente para contratar el servicio de una empresa de confianza. En caso de que no se pueda esperar, es conveniente pedir un presupuesto antes de llevar a cabo la reparación. «Lo que sí es fundamental es exigir la factura, si no te la quieren hacer, debes amenazar con no pagar», explican.
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